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Thursday, June 15, 2006

El Recapitular del aprendiz


"El ápice del arte especial que quiero enseñarte" comenzó a decir (Clara) "se llama el vuelo abstracto, y llamamos recapitulación al medio para lograrlo."

Con paciencia explicó que la recapitulación es el acto de recuperar la energía que ya hemos gastado en acciones pasadas. Recapitular implica recordar a todas las personas que hemos conocido, todos los lugares que hemos visto y todos los sentimientos que hemos tenido en toda nuestra vida - empezando desde el presente y volviendo hasta los recuerdos más remotos - para luego limpiarlos, uno por uno, con una respiración especial que barre todo.

Afirmó que esa era una forma misteriosa de respirar y la clave de la recapitulación, puesto que inhalar nos permite recuperar la energía que perdimos, en tanto que exhalar nos permite expeler la energía ajena e indeseable que se ha acumulado en nuestro interior debido a nuestra interacción con nuestros semejantes.

A fin de recuperar nuestra fuerza y unidad, debemos liberar la energía que dejamos atrapada en el mundo y atraerla otra vez a nosotros.

El resultado es que podemos volver a cada momento de nuestras vidas y actuar como si de hecho estuviéramos ahí. Afirmó que la fase inicial de la recapitulación consiste en dos cosas. La primera es la lista; la segunda es armar la escena. Y armar la escena consiste en representarse mentalmente todos los detalles relacionados con los sucesos que van a recordarse.

"Una vez que tengas todos los elementos en su lugar, usa la respiración que barre; el movimiento de la cabeza es como un abanico que remueve todo en esa escena" explicó. "Si estás recordando una habitación, por ejemplo, inhala las paredes, el techo, los muebles y a la gente que ves. Y no te detengas hasta que hayas absorbido hasta el último tris de energía que dejaste ahí."

"Tu cuerpo te dirá cuando ha sido suficiente" aseguró. "Recuerda: trata de inhalar la energía que dejaste en la escena que estás recapitulando y dirige tu intento a exhalar la energía ajena introducida en ti por otros."

Me aseguró que una recapitulación completa y profunda nos permite cobrar conciencia de lo que deseamos cambiar al permitirnos observar nuestras vidas sin engaños. Nos otorga una pausa momentánea en la que podemos elegir entre aceptar nuestro comportamiento acostumbrado o cambiar y eliminarlo mediante la fuerza del intento, antes de que nos atrape por completo.

"Para cambiar tenemos que cumplir con tres condiciones" replicó. "Primero, debemos anunciar en voz alta nuestra decisión de cambiar, para que el intento nos oiga. Segundo, debemos conservar nuestro firme propósito a lo largo de cierto período de tiempo. No podemos empezar algo y abandonarlo en cuanto nos desanimemos. Tercero, debemos ver el resultado de nuestras acciones con un sentido de desapego total. Esto significa que no podemos darnos a la idea de tener éxito o de fracasar."

"Respirar reúne energía y la hace circular" explicó. "Luego es guiada por el intento preestablecido de la recapitulación, el cual es liberarnos de nuestros lazos biológicos y sociales."

"El intento de la recapitulación es un obsequio concedido a nosotros por los antiguos videntes que concibieron este método y lo transmitieron a sus descendientes" continuó Clara. "Cada persona que lo ejecuta debe aunarle su propio intento, pero este intento es tan solo el deseo o la necesidad de efectuar la recapitulación. El intento de su resultado final, que es la libertad total, fue establecido por aquellos videntes de la antigüedad. Puesto que fue fijado en forma independiente de nosotros, constituye un obsequio invaluable."

Extractos del libro Donde Cruzan los Brujos de Taisha Abelar



La recapitulación de un hecho requiere que se respire hondo, "abanicando" la cabeza, por así decir, moviéndola muy suave y lentamente de un lado al otro, comenzando indistintamente por la derecha o por la izquierda. Este abanicarse de la cabeza se hacia tantas veces como era necesario, mientras se recordaban todos los detalles accesibles. Don Juan decía que los brujos hablaban de ese acto como inspirar todos los sentimientos puestos en el suceso que se está recordando, y expulsar todos los estados de ánimo indeseados y los sentimientos foráneos que hubieran quedado en el interior del individuo.

Extracto del libro Pases Mágicos de Carlos Castaneda